Varios cientos de personas encapuchadas salieron a protestar durante la noche de este sábado a las calles de Leipzig, Alemania, donde  incendiaron barricadas y atacaron a agentes de Policía con piedras y pirotecnia. 

La manifestación había sido convocada por grupos radicales de izquierda como respuesta a la sentencia de prisión de cinco años y tres meses contra una estudiante de 28 años, condenada por pertenencia a una organización que planeaba ataques contra grupos de ultraderecha y neonazis.

Las autoridades habían prohibido esta protesta, pero aun así alrededor de 1.000 personas decidieron llevar a cabo un acto de desobediencia civil caracterizado por la violencia, según recoge ABC. 

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Vestidos de negro y encapuchados, los asistentes arrojaron piedras y diferentes artefactos de pirotecnia a los cuerpos de seguridad. También incendiaron contenedores de basura, coches y de marquesinas de paradas de autobús.

Como consecuencia, varios policías resultaron heridos y se produjeron daños a escaparates de tiendas que se encontraban por las zonas y mobiliario público por millones de euros.

Los agentes que participaron en la operación pudieron llevar a cabo una docena de detenciones después de haber acordonado a algunos protestantes, a las que se tomó la documentación.